RESEÑA

Ascencio Cruz Nina, un aymara originario de Sorata presenta un real suceso que le cupo atravesar durante varios años.    Su odisea se inicia así:  “Era el domingo 20 de junio de 1999 cuando, en la plaza Ballivián de El Alto, se me acercaron cuatro policías uniformados, dos de ellos en estado de ebriedad.  De muy mala manera me anunciaron que estaba detenido y que era mejor que no intente huir.  Yo, que acababa de llegar de Sorata, les exigí me expliquen las razones de mi detención, cuál era el cargo.  Ellos se limitaron a golpearme.  Unos momentos antes se habían despojado de la ficha de identificación que llevaban en la chaqueta, para que no pueda identificarlos.  Incluso les advertí que no podían detenerme en día domingo, además de cumplirse el segundo día de la vacación judicial, por lo que- de acuerdo a una disposición de la Corte Suprema- se suspendían todos los mandamientos de apremio.  Pero ellos no estaban dispuestos a escucharme y, atenidos a su uniforme, me llevaron a empujones hasta la movilidad en la que me trasladaron a la Policía de El Alto.  Allí, el jefe de servicio- un capitán que no quiso decirme su nombre pues sabía que habían incurrido en abuso de autoridad- tampoco me explicaba por qué estaba detenido.  “Aquí tengo el mandamiento de un juez que me autoriza su detención por ser fugitivo de la justicia”, me dijo, advirtiéndome que tenía órdenes de pegarme tres tiros en la nuca si intentaba huir. ¡Qué absurdo!  Ni siquiera decía cuál era mi delito.  Yo sabía que él tenía miedo, no podía creer que yo, un aymara, tuviera el valor de exigir sus derechos.  Respondía cualquier cosa cuando yo exigía explicaciones, aunque era claro que no quería hablar.Estuve detenido seis meses, pasó un mes del arresto, para que el juez dicte mi detención preventiva, de acuerdo al artículo 194 del antiguo código de procedimiento penal.  Ese artículo había sido derogado por el artículo 3° de la Ley de Fianza Juratoria en febrero de 1996 ¡Qué absurdo!  Para justificar mi arresto, recurrió a una disposición cuya vigencia estaba derogada tres años antes.  Posteriormente, ninguna de las autoridades que después estudiaron el caso- el juez de Partido, que es una autoridad superior, ni el juez de Sentencia- se molestaron en observar que en mi caso, se estaba aplicando una ley derogada.  Es así cómo actúan las autoridades en Bolivia.  Para mandarme a la cárcel fue suficiente la simple fotocopia de un documento del que ni siquiera era responsable aunque, según la ley, una fotocopia no hace fe.  Para mandarme a la cárcel el juez sólo preciso esa evidencia”.La historia ha reflejado varios momentos en que se han vulnerado derechos de los indígenas.  Esta obra, «La vara con que me han medido», sin duda, se constituye en una muestra de la forma en que una conjunción de elementos creados en las mentes de ciertas personas , puede generar toda una serie de injusticas y daños irreparables.

DL:  4-1-196-04

ISBN 99905-0-462-8

Respuestas

  1. La pagina me gusta mucho y tambien su interes en nusetros pueblos originarios , yo les agradesco mucho por que la informacion de la isla pariti me sirvio mucho, tambien necesito de las islas KEWAYA Y SURIQUI. Por eso me gustaria que ampliasen un poco mas hacia otras areas en especifico. Gracias y hasta luego

  2. Me gusta mucho la pagina me sirve muy bien para mis trabajos pero quisiera que amplien un poco mas sobre algunas costumbres, vistimentas, danzas y etc. bueno muchas gracias por ayudarme hasta luego buena suerte muy buena la pagina esta muy interesante


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